En un mundo que no se detiene, donde las exigencias diarias parecen multiplicarse y la mente rara vez encuentra descanso, buscar paz interior no es un lujo: es una necesidad profunda. A menudo creemos que la fortaleza se mide por cuánto resistimos, cuánto hacemos o cuán rápido avanzamos. Pero la
En nuestra vida diaria solemos ponernos al final de la lista. Las responsabilidades, el trabajo, la familia y las expectativas ajenas nos empujan a entregar más de lo que a veces tenemos. Sin darnos cuenta, intentamos apoyar a los demás desde un lugar de agotamiento, y eso tarde o temprano
En un mundo que se mueve con rapidez, donde las tareas se acumulan y las expectativas parecen no tener fin, la salud mental a menudo queda relegada a un segundo plano. Sin embargo, nuestra mente es el centro desde el cual interpretamos, sentimos y respondemos a la vida. Cuidarla no